Hoy es un día triste. Uno de esos tan
parecido a todos en los que no estuviste. Sé que mi camino tiene
como meta tu lado, pero qué difícil es seguirlo sabiendo que la
realidad es sin ti. Necesito tu mano, yayo, ayúdame a seguir. Dime
que sigues conmigo, sé que estás dentro mío, sé que sigues aquí.
Y yo seré por ti, y seguiré por ti, y lucharé. Derribaré mi miedo
a que no estés, seguiré adelante como me pediste. Es tan grande en
dolor, es tan profundo el sufrimiento, es tan fácil imaginar que
viajas en el viento... De pequeña prometí
que mi abuelo sería lo primero, y espero haberlo hecho. Quizá pudo
ser mejor, pero sabías que te quiero. Que mi amor por ti era
inmenso. Sé que la mitad de lo que soy te pertenece, sigues viviendo
en mi. Ausencia de ti me estremece... Y qué dolor escuchar llorar a
tu mujer, que derrama lágrimas más amargas que la hiel...Pero te
prometo que la cuidaré, yayo... Sólo ayúdame a ser fuerte estés
donde estés...No hay día que no estés en mi mente, muero por
volver a verte... Nuestra despedida fue en diciembre, y parece que el
tiempo se parase en aquella habitación... el tiempo, mi vida, mi
alegría... se largaron aquel día y no creo que tenga
solución...ahora es todo una falsedad, una utopía, ya no soy la que era... me
escudo en falsas ilusiones y alegrías, pero sé que por dentro estoy
vacía...Juro que habría cambiado aquella maldita enfermedad de
cuerpo, no lo habría pensado ni un momento... deberías seguir con
vida, merecías volver a ver el día... y yo tu sonrisa... y darte
los buenos días, y las buenas noches... y hola yayo...y adiós
yayo... y abrazarte... mi segundo padre... vuelve conmigo antes de
que sea tarde y sea yo quien marche... no quiero seguir en esta vida
que no se merece sin ti. Qué injusto este maldito destino, que me
robó lo que fue mi salvación... Ahora ya sólo queda tu
recuerdo...Pero pensar todo aquello que vivimos y que no será...Y
poner punto final a una historia que no debió acabar...soy hueso y
carne, pero hay aire donde había alma...se fue con la tuya a un lugar
mejor, donde no hay sufrimiento ni dolor. Yayo, ¿por qué no me
llevaste contigo? Sé que es muy fuerte lo que digo, pero eras mi
mejor amigo...Sé que nadie me querrá como tu lo has hecho...ni
nadie recibirá el amor que por ti siento. Lo siento si no hice bien algunas cosas, soy consciente de ello y pondré mi empeño para poderlo rectificar. Y te
prometo que intentaré que te sientas orgulloso, para cuando suba al
cielo podamos conversar...y te cuente cómo logré avanzar... sé que
tu me ayudarás, pero hazlo ya. Porque te juro que no sé como
despegar de este infierno...Quiero avanzar pero no suelto el
freno...Sería tan bonito volvernos a juntar en aquel lugar, irnos a
pasear, irnos a pescar... ¿recuerdas? Como cuando era pequeña... y
tú me enseñaste a caminar...por la vida, sin tropezar. Y a saber
mirar al mar...ahí sigo contemplándote, porque hasta él te llora.
Y aún así creo que mis lágrimas le ganan en salinidad...
Qué trágico final te
aguardaba...una sombra te acechaba...y no la pudiste esquivar...y
ahora sólo nos queda aceptar...
Nos vemos pronto, yayo.